Reflexiones sobre el cierre de Antamina, por Eduardo Moane Drago

Reflexiones sobre el cierre de Antamina, por Eduardo Moane Drago


Hace muchos años conversábamos con el alcalde de Kimbiri en la zona del Vrae, cuando entre broma y broma me dice lo siguiente: “Eduardo, acá estamos fregados, no tenemos una mina a quien joder”. Bello comentario que viene muy a colación de lo que sucede en la relación entre las operaciones mineras, petroleras, generadoras y transmisoras con las poblaciones de su entorno.

Cuando también hace muchos años, 5 comunidades de la zona de Tintaya se oponían a la operación de la nueva presa de relaves, a pesar de que se había llevado a cabo las asambleas correspondientes y la presa ya estaba por entrar en operación, trabajamos con Lucio Rios, (gerente de la operación en ese entonces), un FODA con cada una de las comunidades y se detectó que el agua era lo que más necesitaban. Pues se hicieron trabajos de pozos, canales y abastecimiento de agua potable (con planta de tratamiento) a estas 4 comunidades. Huisa Collana, era la quinta comunidad (ganaderos) con fama de ser gente complicada. En el taller se evidenció que no querían nada de lo que pudimos ofrecer. Pues bien, en el refrigerio el presidente de la comunidad me dijo cuál era su verdadera intención (que por respeto a los lectores no puedo reproducir), y ese comentario bastó para que yo vuelva a la sala y les diga a los comuneros que estábamos perdiendo el tiempo y que mejor vayan a ver su ganado. Cerramos el taller y nos retiramos. Ojo, la indicación a la operación es que a esa comunidad no le compras leche, queso o carne así vengan a rogar. Ya saben quien vino a tocar la puerta 6 meses más tarde.

En toda negociación uno debe tener claro en qué momento hay que pararse de la mesa, o “pararle el macho” a la otra parte. Lamentablemente en nuestro país no ha habido muchos ejemplos de esto en las relaciones minería y comunidades, con lo cual estas últimas están muy crecidas, porque saben que al minero le da infarto antes de parar la operación. Yo creo que si MMG hubiese hecho un buen due diligence social, no habría comprado Las Bambas. Esta operación venía con una bomba atómica social generada por haber cedido permanentemente a las demandas de la población, muchas de ellas totalmente infundadas. Cosa que en nuestra opinión ha continuado en la nueva administración. ¿Por qué tendría que dejar de atacarte si hacer esto es un negocio redondo?

Lo que acaba de hacer Antamina lo hizo Newmont Gold en México cuando los transportistas de mineral apoyados por un congresista delincuente la empezaron a chantajear. Entonces, no será que el problema no solo es de las comunidades, quienes evidentemente han aprendido una dinámica en la que ellos siempre ganan, sino de las empresas que prefieren la rentabilidad de corto plazo que la sostenibilidad de la operación. Si hacemos una verdadera introspección, en los temas sociales yo no tengo duda de que muchas mineras toman decisiones de corto plazo. Y lo peor de todo, es que la minería es una industria donde he encontrado poco pensamiento estratégico en el tema social, teniendo un accionar más reactivo que proactivo.

El otro elemento que no podemos dejar de lado es el de los delincuentes que están atrás de las poblaciones menos favorecidas, a las que manipulan a su antojo. Cuando hablamos de pobladores, muchas veces omitimos señalar que quienes lideran estos procesos confrontacionales son como los que lideran las invasiones de terrenos. Profesionales que están buscando llevar agua para su molino. Todos conocemos a los hermanos abogados de Las Bambas que organizaban los ataques a la operación y cobraban un porcentaje de lo que la mina pagaba. El Punaso no fue un movimiento por reclamos sociales, el financiamiento de ese movimiento social vino del narcotráfico, la minería informal y las mafias del contrabando que no querían la formalidad que suponía la continuidad de Bear Creek Minning.

Creo que desconocer ese lado oscuro del conflicto social no nos ayuda a entenderlo. Los ataques al proyecto Tía María, cuyas poblaciones sí tenían una historia complicada con Southern, también fue financiado y muy bien planificado por personas con una clara ideología y otro tipo de intereses. Esos honderos con capacidad para meterle una piedra a la luna del helicóptero a más de 100 metros no eran de Moquegua, y los recursos que se utilizaron para pagar al sindicato de construcción civil, a los jaladores de trabajadores temporales para la cosecha del arroz, así como el financiamiento de la olla común para darle de comer a todo este ejército, vino de un personaje que menos mal acabó comprometido por un plato de lentejas.

Creo que el cierre de Antamina es un mensaje muy claro a las verdaderas poblaciones aledañas a la operación respecto a que esta es una posibilidad real. Las Bambas debería seguir este camino. Los mineros no son estratégicos, y están enfrentados a un movimiento de izquierda que tiene un plan muy bien diseñado y en plena ejecución. Cuando el minero duerme, la izquierda planifica. Antes del Perumín del año pasado, fue claro que las reuniones de los presidentes regionales del sur con el de Junín, todos de izquierda, así como las reuniones con Antauro, anunciaban un posible ataque durante el evento. Se duplicó la seguridad. Eso es estratégico. Tengan claro que cuando volvamos a los eventos presenciales, y si todavía tenemos país, este es un objetivo de la izquierda así como del movimiento Antaurista, y si no lo reconoces es porque sigues durmiendo.

Para terminar, creo que apelar al Estado en el Perú es como “pedirle peras al horno” frase del Sr. Maduro, que como muchas de nuestro actual presidente, pasarán a la historia de la ignorancia con poder. En 20 años ningún gobierno ha sabido resolver conflictos sociales en el Perú. Ministros viajando a Cajamarca, Presidentes sobrevolando conflictos. ¿Hasta cuándo vamos a seguir premiando el mal comportamiento? Exigir que vengan ministros y ceder, lo único que hace es darle poder al otro lado. Soltar a los hermanos delincuentes abogados en Las Bambas porque lo exige la población, y mil perlas más en las que las empresas han cedido a la presión social. En este tema del cierre de Antamina sí creo que hay que seguir el pensamiento marxista, la decisión de Antamina está agudizando las contradicciones, y poniendo en evidencia que somos un país inviable para la inversión extranjera, hasta que tengamos un gobierno que ponga en la cárcel a los abogados de las comunidades de Las Bambas, a los invasores de terrenos, en pocas palabras, a todos los Cerrones que están dando vuelta por el país libremente. Y recuerden que ahora Cerrón tiene los recursos para financiar lo que quiera. Creo que pedirle a un gobierno delincuencial de extrema izquierda que proteja la inversión privada es estar un poco desfasado de la realidad.  Algo así como sacar la calculadora para ver si el Perú todavía tiene posibilidades de llegar al mundial. 

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